martes, 20 de marzo de 2012

“El comunismo era mejor para el deporte”

Onopko, exjugador del Oviedo y del Rayo, y segundo entrenador del CSKA, añora el método y las infraestructuras de la URSS.

Por Ladislao J. Moñino
El País

“La vida corre y cambia y, si hay dinero, puedes hacer mucho”, dice Viktor Onokpo (Luhansk, Ucrania; 1969), el segundo entrenador del CSKA de Moscú y exjugador del Oviedo y el Rayo Vallecano, cuando se le pregunta por esa nueva fisonomía de los clubes rusos, repletos ahora de futbolistas extranjeros. Su propio equipo, con 13, es un ejemplo de esa internacionalización. Él creció bajo los métodos de la extinta Unión Soviética y en la cerrazón que empezaba en la vertiente oriental del muro de Berlín.


“El sistema comunista era mejor para la educación y el deporte”, dice; “los colegios, las escuelas deportivas y las infraestructuras estaban muy bien. Después, cuando cayó la URSS, solo se pensaba en el dinero. Ahora se está volviendo poco a poco a pensar primero en el fútbol y luego en el negocio. Hace falta trabajar más en las categorías inferiores y en cómo formar buenos jugadores como Ignasevich o Akinfeev”.

Tan fino de silueta como cuando formaba en el centro de la defensa del Oviedo, Onopko habla con nostalgia de una estructura deportiva y una metodología que desaparecieron con la desintegración del telón de acero. “Antes había solo un país y ahora hay 15. Se cayó todo: las escuelas, los entrenadores… Los técnicos de la URSS eran buenos profesionales. Ahora no hay muchos buenos técnicos ni buenas instalaciones para los niños. Solo las tienen los grandes clubes y las grandes ciudades, pero no es suficiente”.

La Liga rusa se ha convertido en un destino hasta hace poco inimaginable para jugadores de todo el planeta. Existe una corriente importadora nacida al cobijo de los grandes oligarcas del petróleo, el aluminio o el gas. Onopko no es contrario a esas grandes inyecciones monetarias, pero demanda racionalidad: “Como sucedió en España, el nivel del campeonato solo subirá si hay extranjeros de buen nivel”.

En su análisis del fútbol ruso, Onopko toma como base la selección: “Ahora hay menos buenos jugadores rusos porque no funcionan bien las escuelas. En el equipo nacional no hay competencia. Hay una base de 25 jugadores que apenas ha variado en los últimos ocho o diez años. No sé si es bueno o malo que no salgan fuera a jugar. Pero es cierto que lo que cobran ahora en Rusia no lo cobrarían en el extranjero. Cuando yo empecé, ni pensaba que con el fútbol se podía ganar dinero o que acabaría jugando al otro lado del telón”.

Onopko llegó al Oviedo en 1997 de la mano de su entonces presidente, Eugenio Prieto. De su proceso de adaptación recuerda el cable que le tendió en él un viejo conocido de la afición madridista, Dubovsky, fallecido al precipitarse por una catarata en Tailandia mientras tomaba una fotografía: “Era impresionante como persona. Como jugador, tenía un talento descomunal. Le faltó un poco de seriedad. Era como un niño. Pensaba que la vida era muy larga, que era joven y que tendría tiempo para hacerlo todo. Luego, pasó lo que pasó”.

Publicado originalmente el 14 de marzo de 2012 en deportes.elpais.com

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